Estimulación temprana para bebés

Todas las personas que han tenido un bebé en la familia saben la importancia de la estimulación temprana para bebés y la envergadura que supone poner en práctica, desde el primer día, los estímulos necesarios que afectan directamente su desarrollo. Quizás hoy te encuentres en la etapa inicial de la vida de tu niño y estás ansiosa por conocer más sobre este tema.

En este artículo vamos a contarte sobre la importancia de la estimulación temprana para bebés y compartirte ejercicios para que pongas en práctica. ¿Estás lista?

Programas de estimulación temprana para bebés

El cerebro construye aprendizajes a través del tacto, oído, gusto, olfato y vista. Por eso, los programas de estimulación temprana para bebés están estrechamente vinculados a los ejercicios de estimulación sensorial. Es decir, la clave en el desarrollo del niño son los sentidos: posibilitan el aprendizaje cognitivo, afectivo, emocional y social.

Si bien los ejercicios de los programas de estimulación temprana para bebés involucran varios sentidos, los revisaremos uno por uno.

Cuando termines de leer este artículo, tendrás muchas ideas para poner en práctica sobre la estimulación de tu niño asociada a los sentidos.

Antes de comenzar es importante que tengas en cuenta que los bebés van adquiriendo progresivamente los movimientos, sensaciones, y motricidad. Tanto es así que los diferentes ejercicios de estimulación temprana se condicen con la etapa que está atravesando.

Ejercicios de estimulación temprana para bebés

Tacto: Si tienes un niño recién nacido, sabrás que el contacto inmediato al nacer es tu propio cuerpo. Estar en contacto con la piel de su mamá, sea en brazos, con caricias, mientras amamantas o durante el baño, le brindará placer a nivel emocional: sentirá seguridad, tranquilidad y confort. Por eso algunos de los ejercicios que puedes aplicar tienen que ver con las caricias suaves en su cuerpo.
El masaje es una excelente opción. Notarás que cerrará sus puños, pero en esta etapa es solamente un reflejo. De todos modos, no dejes de estimularlo porque de a poco el bebé reconocerá esa información dada por el tacto, podrá girar su cabeza en dirección al estímulo, lo reconocerá y, hacia los tres meses, intentará cerrar sus manos o empujar con sus pies.
Cuando comience a controlar su motricidad, siéntate con él en el césped, déjale apoyar sus pies descalzos sobre diferentes superficies. No solo aprenderá a distinguir las texturas sino también ganará confianza y seguridad.

Gusto: A minutos de nacer, el bebé busca el pecho materno. Con su reflejo de succión responde a cualquier estímulo dado cerca de su boca. Sea el pecho o el biberón, la leche es la primera fuente de alimentación, le produce placer y lo nutre para estimular su desarrollo.

Pero ¿qué sucede al momento de introducir los alimentos que complementarán la lactancia? Esto sucede alrededor de los 6 meses de vida del niño. De a poco debes incorporar todos los sabores que puedas, dejar tocar los alimentos que le ofreces, consultar al pediatra sobre cantidades, y frecuencia.

Vista: Probablemente, sepas que los bebés recién nacidos no ven con claridad ni pueden enfocarse. Incluso notarás que sus ojos pueden parecer bizcos durante los primeros meses. Esto se resuelve una vez que los músculos oculares se fortalecen.

En los programas de estimulación temprana para bebés suele indicarse comenzar con la práctica de colocarlo frente a tí. Aunque no te mire, es sensible a tu voz y poco a poco la vinculará a tu rostro hasta reconocerte. Algunos ejercicios para la estimulación: mover objetos de un lado hacia otro, de arriba hacia abajo; colgar elementos llamativos en su cuna; acercar y alejar objetos; mostrarle patrones (imágenes con líneas u objetos recurrentes).

A partir de los cuatro meses, puedes ofrecerle juguetes con formas y colores fuertes. Sentirá atracción por aquellos que tienen mayor brillo. Recién alrededor de los cuatro meses desarrollan por completo la visión de los colores.

¡Ten cuidado con las pantallas! Aunque parecen ser un recurso atractivo, colorido y estimulante, no favorecen al desarrollo de tu niño.

Olfato: Es tal vez el sentido más intuitivo. El primer olor que siente tu bebé es el tuyo. Mientras amamantas, lo haces dormir o alzas para calmarle, el contacto con tu piel es clave, ya que el olfato tiene memoria y, si bien su desarrollo se irá dando a medida que el niño crezca, durante los primeros meses de vida puedes dejar tu ropa cerca cuando duerme para que experimente relajación por medio de un aroma que le resulta cercano, cálido y placentero.

Por otro lado, su propio olor también le brindará seguridad y probablemente notes que elige un mismo objeto de apego con el cual sentirse cómodo. Evita lavarle este elemento y déjale cargarlo consigo.

Oído: Muchos estudios confirman que los bebés perciben los sonidos ya desde el vientre materno. Por eso al nacer adoran escuchar tu voz y de las personas que le rodean. Poco a poco debes ir incorporando sonidos que pueden provenir de objetos lúdicos como sonajeros, o bien utilizar la propia voz. Aunque no te consideres una gran cantante, ¡anímate a hacerlo!

La música y la estimulación temprana en niños

Algunos ejercicios que puedes ir incorporando tienen que ver con la intensidad del sonido: puedes chasquear los dedos en sus oídos, realizar golpecitos suaves y poco a poco más intensos. El bebé girará su cabeza hacia ti. La música en la estimulación temprana para los niños, es una terapia que une fuertemente al binomio.

Sin dudas, el sonido de la música es un gran aliado al momento de poner a trabajar la estimulación temprana del bebé. Cualquier tipo de música. Todo dependerá de la etapa del desarrollo en la que se encuentre tu bebé. Y si alguien en la familia sabe tocar un instrumento, ¡mucho mejor! Como en los adultos, la música tranquila relaja al bebé y la alegre lo estimula a bailar y lograr aprendizajes a nivel motriz.

Finalmente lo más importante es que le hables: al bebé le encanta escuchar tu voz. La conoce y la desea. Aunque él no te responda con palabras verás que de a poco comienza a balbucear y a responder a tus estímulos llenos de amor.