La alimentación del bebé es la nueva entrada que me trae por aquí de nuevo. Ya estoy de vuelta, ¿me echabais de menos? Han pasado bastantes días desde la última entrada, pero entre las vacaciones de navidad, la vuelta a la rutina y la puesta en marcha de nuevos proyectos no he tenido tiempo ni de respirar. Por cierto, ¡feliz año nuevo a todas y a todos!
Para las que no os acordéis de mi, y para todas aquellas personas que seáis nuevas en el blog (desde aquí muchísimas gracias por leernos), soy Marta López, Dietista-Nutricionista. En mi primer post os hablé de las ventajas y las (no tan) desventajas de la leche materna, además de las razones por las que debe ser el único y principal alimento a recibir por nuestro bebé durante sus 6 primeros meses de vida (recomendación oficial de la Organización Mundial de la Salud). A continuación, entre el segundo y el tercer post hicimos un largo recorrido a través de las distintas leches de fórmula disponibles en el mercado para aquellas madres que decidan, por diversos motivos, este tipo de alimentación para sus bebés.
Para seguir un poco en la línea que venimos trazando, hoy os quiero hablar acerca del destete, ese momento en el que la alimentación del bebé cambia para siempre. Esta condición se da tanto en madres que dan el pecho como en madres que alimentan a sus hijos con leches artificiales, ya que el destete designa el paso de una alimentación exclusivamente láctea a la diversificación alimentaria, que consiste en la introducción paulatina de los distintos alimentos a la alimentación del bebé hasta que adopta los hábitos alimentarios normales del resto de la familia (es decir, come de todo) y la lactancia materna desaparece paulatinamente (no pasa lo mismo con las leches de fórmula, ya que como pudisteis leer en las anteriores entradas, encontramos en el mercado leches de continuación y de crecimiento, que pueden darse a partir de los seis meses de vida como complemento alimenticio).
Con esto, me gustaría aclarar que la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida, pero la sigue recomendando hasta los 12 meses siempre y cuando sea complementada correctamente con los distintos alimentos para cubrir todos los requerimientos nutricionales del pequeño, y que por ello, el destete en las mujeres que decidan seguir amamantando a su bebé hasta esa edad se retrasa; incluso hay madres que siguen dándole el pecho a su hijo a partir del año de edad, aunque normalmente debido a la comodidad de la madre, a la presencia de leches de continuación y a la posibilidad de introducir la leche de vaca y la leche de soja (siempre de forma cuidadosa y progresiva, observando que el niño la tolera bien), el destete no suele alargarse más de dos años en el proceso de alimentación del bebé.
Con el destete, lo que estamos haciendo es disminuir paulatinamente el consumo de leche materna (o leche de inicio en su defecto) del pequeño, ya que un bebé de 3 meses sólo consume leche, pero uno de 8 ya puede consumir otros alimentos que van a “quitar espacio” a las tomas lácteas.
El momento del destete suele ser duro tanto para las madres como para los bebés, ya que el hecho de introducir alimentos nuevos, con texturas y sabores diferentes no suele ser a gusto de todos (sobre todo de los pequeños, que en ocasiones suelen rechazar ciertas preparaciones o sabores). Es MUY IMPORTANTE que el destete (insisto, disminución paulatina de las tomas de leche materna) se inicie en el momento adecuado, ni demasiado pronto (ya que el organismo del bebé aún no está preparado) ni demasiado tarde (ya que a una determinada edad, la leche materna por sí sola no es capaz de cubrir todas las necesidades nutritivas del bebé).
Cuadro de alimentación del bebé
Además, también es de extrema importancia el hecho de que no todos los alimentos pueden introducirse una vez se inicie el destete. Esto ha de hacerse poco a poco, introduciendo los alimentos según el calendario de diversificación alimentaria o “Beikost” que os dejaré para que echéis un vistazo, pero que explicaremos posteriormente y con mucho más detalle en futuros post.
La alimentación del bebé requiere de un proceso progresivo y con lo que me gustaría que os quedarais de este post es con que la introducción de alimentos ha de hacerse en el momento justo, ya que el hacerlo antes o después puede acarrear problemas a nuestro bebé. Por ello, y debido a la discrepancia de opiniones en este tema, me gustaría mostraros los inconvenientes de una incorrecta introducción, además de dejaros reflejadas las recomendaciones oficiales en las que me baso para explicar a mis pacientes todo lo relacionado con este tema: la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida, y recomienda prolongarla hasta el año de edad complementada correctamente con los distintos alimentos. La introducción de los alimentos ha de hacerse entre los 5 y los 6 meses de vida del pequeño. Además, es la época que coincide con la dentición, por lo que también es un buen momento para iniciar el destete.
El bebé de 4 meses
La alimentación del bebé anterior a los 4 meses se basa exclusivamente en la leche materna, ya que los bebés no están preparados para digerir alimentos sólidos o semisólidos diferentes de la leche materna, además de que tampoco son necesarios ya que la lactancia por sí sola (o las leches de inicio en su defecto) cubren perfectamente las necesidades del lactante. Los problemas ocasionados de introducir este tipo de alimentos antes de tiempo derivan en:
- Accesos de tos, ya que la textura de los alimentos no es la adecuada, además de dificultad respiratoria debido a la mayor facilidad de atragantamiento por parte del pequeño.
- Además, debido a que los niños con esta edad todavía no son capaces de comunicarse, no podremos saber cuando están saciados y podemos sobrealimentarles (aumentando, sin darnos cuenta, el riesgo de sufrir problemas de sobrepeso y obesidad en la edad adulta).
- Las caries también pueden ser un problema de temprana edad con la introducción de zumos o aguas endulzadas sobre todo cuando se dan con el biberón. A esto se le ha llamado la caries del biberón, ya que cuando se administran líquidos ricos en azúcares con él, hay contacto prolongado del líquido con los dientes, facilitando la aparición de caries.
- Si se introducen alimentos diferentes de la leche materna antes de tiempo, van a disminuir la frecuencia de las tomas y la intensidad de succión, por lo que también va a disminuir la cantidad de la leche materna (hay que tener en cuenta que no es saludable eliminar la leche materna antes de los seis meses de vida, ya que como pudimos ver en el primer artículo, ésta presenta sustancias protectoras para el sistema inmunitario del bebé y le aporta vitaminas y minerales esenciales imprescindibles para su crecimiento y desarrollo).
- Hay que tener en cuenta que en general, el organismo de nuestro bebé no está lo suficientemente desarrollado, y en particular el sistema renal. La introducción temprana de alimentos distintos a la leche materna puede conllevar un exceso de solutos, provocando diarreas graves y deshidratación, pudiendo acarrear consecuencias graves al sistema nervioso central.
Pero no sólo la introducción temprana de alimentos tiene problemas para el pequeño, sino que el hacerlo demasiado tarde tampoco es recomendable ya que la lactancia materna por sí misma no cubre las necesidades del pequeño, que está en plena etapa de desarrollo y crecimiento. A partir de los seis meses, la leche materna es insuficiente para cubrir los requerimientos del bebé, por lo que puede haber problemas de desnutrición si únicamente se sigue dando leche y no se empiezan a incorporar otros alimentos como las frutas (manzana, pera, plátano, naranja) y las verduras (judía verde, zanahoria, cebolla).
Por tanto, hay que tener en cuenta, que en la alimentación del bebé, la leche materna (o la leche de inicio) va a ser el único alimento que va a tomar el bebé durante sus primeros meses de vida, suficiente para cubrir sus necesidades, pero que una vez va creciendo sus necesidades aumentan y se hace necesaria la introducción de alimentos distintos a la leche materna para su desarrollo, y no por ello ha de abandonarse el amamantamiento ya que se recomienda hasta al menos los 12 meses de vida. Además, la introducción de alimentos es un proceso educativo en el que el bebé va a consumir alimentos con diferentes texturas y sabores, aprenderá a saborear, a usar la cuchara y poco a poco aprenderá a comer por sí solo.
Introducción de nuevos alimentos en la alimentación del bebé
Para terminar, os dejo unas recomendaciones generales para la introducción de nuevos alimentos, pero como dije anteriormente, os hablaré en otro post con mucho más detalle de la diversificación alimentaria, cuándo y cómo ha de hacerse, y qué alimentos se prefieren frente a otros:
- Iniciar la introducción entre el quinto y el sexto mes, ya que antes, el organismo del pequeño no está preparado para recibir alimentos distintos de la leche materna.
- Los alimentos tienen que introducirse poco a poco, en pequeñas cantidades, y nunca más de uno a la vez, ya que hay que ver la tolerancia del pequeño al mismo y ver si le sienta bien o no.
- Como es algo que nunca ha probado, es normal que al principio se extrañe. Por ello, se recomienda dejar un margen de dos semanas entre la introducción de un alimento y otro para que se acostumbre al sabor y a la textura.
- Debido a que el bebé aún no tiene dientes y sólo ha consumido leche, al principio debemos dar los alimentos lo más triturados posible, de forma homogénea, y poco a poco ir cambiando la textura a una más gruesa, hasta que el niño pueda masticar y se le puedan dar trozos. Hay que tener en cuenta que la textura no puede ser siempre la misma, ya que el niño tiene que aprender la importancia de masticar bien los alimentos y no se le pueden estar dando siempre triturados para facilitar las tomas y que sean más rápidas.
- Es muy importante tener en cuenta que la leche de vaca o de soja no pueden introducirse antes de los doce meses debido a la inmadurez intestinal del bebé.
- Hay que intentar que el niño tome las cosas con la cuchara y deje de lado el biberón, ya que así se fomenta el aprendizaje para que pueda comer solo. Nunca hay que forzar al pequeño a comer.
Por hoy me despido, espero haberos ayudado a entender mejor los conceptos más importantes sobre la alimentación del bebé. Para cualquier duda o sugerencia os podéis poner en contacto conmigo a través de mi página web www.demayornutricionista.com
¡Gracias por leernos!